Es
increíble la magia que se forma cuando se viaja; este fue el caso de mi subida
al volcán Purace y la visita al Parque Nacional Purace.
La gran mayoría de mis amigos viven soñando con viajar. Lo curioso es que en repetidas veces los he invitado a viajar, pero siempre tienen una excusa: no tengo dinero, no tengo tiempo, tengo otro compromiso, etc. O peor aún me dicen que sí y el día del viaje siempre sucede algo. Resulta ser muy difícil escaparse de la vida cotidiana.
El
primer fantasma que tenemos es el de viajar solos y más aún las mujeres. Este
fue el primer miedo que yo tuve que derribar, pues me decían: SOLO??? Como
así??? Qué aburrido!!!, es peligroso, así no se disfruta, enserio Que Miedo!!!,
lo van a robar y muchos otros comentarios que en verdad nos crean una barrera
mental. Pero como me ha pasado en TODOS los viajes que he hecho solo, salgo y
siempre conozco cientos de increíbles personas con unas historias súper
enriquecedoras, que se van sumando a tu viaje en cada día, he incluso por
semanas o de por vida.
Eran
las cuatro de la mañana en la estación de buses yo estaba comprando atún y
víveres para mis siguientes días de caminata y de subida al gigante de ojos
grandes, cuando de repente conocí a Ramona; una chica de Suiza que estaba
recorriendo el país (SOLA) desde hace 5 semanas. Como si todo hubiera sido
planeado y en verdad estas cosas me parecen mágicas. Ella no sabía qué hacer y
yo como siempre andaba despistado y solo tenía en la mente subir el volcán. Así
que le conté mi único plan y le gusto. Cinco minutos después de habernos conocido
estábamos tomando un bus hacia Cuatro Minas. Esta es la sonrisa de Ramona:
Llegamos
a un resguardo indígena donde conocimos a Doris, una indígena de la comunidad
Coconuco quien nos acompañaría en nuestra subida. El camino son aproximadamente
unos 10 kilómetros de subida, con un clima húmedo, lluvioso, frío, súper
fuerte. Con distintos tramos de barro, pastizales, roca y residuos volcánicos.
El lodo y barro por la lluvia helada se convierten en tu enemigo en todo el
recorrido, prepárate para llevarlo hasta en tu cara.
El
paisaje es precioso que mezcla las montañas, con cientos de frailejones,
cabellos de Ángel, además de que si tienes suerte nevara. Les aseguro que el
paisaje de este gran gigante jamás lo había visto antes. Ya que se combinan los
trazos amarillos y verdes de los páramos, con los rojos, blancos y grises de la
actividad volcánica.
Llegar
a la cima cuesta mucho con cada paso que se da, la falta de aire, la lluvia
imparable que a final del recorrido te deja con todo mojado y el implacable
frío intenso y abrumador. Esto solo se puede contrarrestar con tus ganas de
conquista, de reto personal y el bello paisaje que te rodea.
La noche la puedes pasar acampando en la base o en cabañas que alquilan a muy buen precio con ducha de agua caliente la cual amaras después del bestial frío de la subida.
El siguiente dia me dejo marcado. Nos levantamos a las ocho de la mañana, después de una excelente noche. Y empezamos una nueva ruta en dirección opuesta al volcán, hacia el mirador del cóndor. Un lugar místico y sagrado donde el majestuoso Cóndor de los Andes baja a alimentarse y a sobrevolar. Un paisaje fantástico pintado con cascadas, un verde intenso y sus montañas semi rocosas bordeando y formando una pequeña taza; en donde el viento sopla fuertemente y la vista te deja sin palabras. Tuvimos la fortuna de ser acompañados por una perrita del resguardo que no se nos apartaba y quien nos acogió como una familia por un par de horas. Esta es Mona:
El Parque Nacional natural Purace es un area protegida extensa ubicada entre el departamento del Cauca y de Huila. Hogar del oso de anteojos, el puma, el venado conejo, el cóndor y cientos de especies mas. Región rodeada por una cadena volcánica de 15 monstruos silenciosos.
Después del mirador tuvimos la surte de tomar un camión que nos llevo por un recorrido inigualable cubierto de una vegetación de clima húmedo y donde el frailejon es el rey, lugar donde nacen varios ríos y se forman varias lagunas naturales.
El ultimo lugar es algo del otro mundo y que me tomo por sorpresa. Una zona de Termales de un azul turquesa que atrapa tu atención y que al difuminarse con los verdes profundos que lo rodean forman un paraíso donde los ángeles vienen a tomar un descanso cada mañana. La verdad la fotografia se queda muy corta para explicar este sitio en armonía perfecta.
Recomendaciones:
Lleven
ropa para el frío y la lluvia.
Llevar
Comida.
El
costo de entrada al parque es de 40.000 por persona y 36.000 el guía.
Existe
una base donde podrás acampar por 5.000 pesos (2 usd) o conseguir una cama con
ducha caliente por 20.000 pesos (7 usd)
Tomar
un bus a la Plata que sale desde Popayan y vale 15.000 pesos.
Ojo el ultimo bus para volver pasa a las tres de la tarde... No lo pierdan.
